Reposo absoluto… esas palabras engloban cosas como el cansancio, aburrimiento, desesperación… muchos dirán que sería una maravilla tener reposo absoluto, lo cierto es que cuando estás obligado a hacerlo no tiene nada de maravilloso.
El único momento de no reposo era para asistir al médico, un ultrasonido tras otro, inyectables y pastillas que van y vienen, se convierten en la rutina diaria para tratar de mantener el bebé dentro del vientre.
En una de las tantas visitas al médico nos dice:
No les voy a mentir, la probabilidad de llegar al final del embarazo es muy escasa
Miedo, tristeza, una especie de desconsuelo es lo que sentí en ese momento, te están diciendo que ese pequeñito que es tu hijo, probablemente va a morir.
Nadie te prepara para esa noticia… nadie…
Salimos de la clínica sumamente golpeados, cuando llegamos al carro para regresar a la casa mi esposa empieza a llorar amargamente. Lo único que puedo hacer es estar ahí para ella, para que llore todo lo que quiera; yo también me sentía muy mal, pero no quería empeorarlo, solo quería que ella sintiera que podía apoyarse en mi.
Recuerdo que hubo una visita en particular al médico, los hematomas, cada vez más grandes, hicieron que el especialista nos dijera que necesitaba unos exámenes para descartar un problema en la sangre, había que enviarlos a Colombia. Nos dice el costo del envío y del examen, para nosotros una suma inalcanzable, ya estábamos estirando los últimos ahorros que teníamos y no nos daba para más.
Salimos una vez más de la clínica con las esperanzas por suelo. Sabíamos que no podíamos volver ahí, ya no teníamos de donde sacar dinero.
Llegamos a la casa y justo antes de entrar le dije a mi esposa:
¿Que es lo que está mal?
Ella respondió
Todo
Como tratando de tomar un segundo aire le dije
¡Nada está mal, porque usted tiene salud, yo tengo salud, y el bebé a pesar de los hematomas gigantes está bien en su saquito!
No había nada más que hacer, solo tener esperanza y fe. Porque con fe y esperanza pueden pasar cosas increíbles.
En la siguiente entrada voy a hablar sobre el desenlace de este turtuoso camino.
Foto destacada: El Grito, Edvard Munch
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